TEXTOS PER CRÉIXER - 7


El text que segueix, escrit per Jordi Oller Vallejo, és l'article complet (amb alguna revisió respecte a l'original) publicat en la revista Urban Family, nº 3, de Novembre-Desembre de 2003. Atès que és de la seva propietat intel·lectual, si com sigui que utilitzis el seu contingut, cita'l com a autor.


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LA FAMILIA COMO BASE SEGURA EN LA INFANCIA

Mamíferos al fin y al cabo

A través de la evolución biológica, un logro neurológico fundamental que como seres humanos compartimos con los demás mamíferos, ha sido la aparición del sistema límbico o, de una manera más amplia, de un cerebro emocional que ha permitido desarrollar la conducta de cuidado materno-filial y la comunicación audiovocal entre el bebé y la madre, en todo lo cual está implícita la conducta de apego, un tipo específico de conducta cuya función, por parte del bebé (haciendo pucheros, haciendo gorgoritos, llorando, sonriendo, etc.), es la de atraer a otros seres de la propia especie (al principio usualmente la madre) para formar o, si ya está formado para reforzarlo, un vínculo afectivo que mantenga a estos seres disponibles para poder recibir de ellos la protección y cuidados que le faciliten sobrevivir y desarrollarse personalmente. Y desde luego, para que este sistema de supervivencia funcione es necesario que exista por parte de estos otros seres reciprocidad en la conducta de apego, en este caso una conducta de apego parental (sonriendo con el bebé, mirándole, repitiendo sus sonidos, respondiendo a sus monerías, etc), para así formar o reforzar el vínculo afectivo. Y todo esto constituye el fundamento biopsicológico en el cual se sustenta la familia, un fundamento que se inicia al nacer y que continúa desarrollándose a lo largo de los años, hasta que la persona alcanza suficientemente su autonomía psicológica y social.

Es decir, que la principal función de la familia en la infancia y aún después, es la de proteger y cuidar en todos los aspectos (físicos, emocionales, intelectuales, culturales, etc.). Y el niño necesita poder vivir que las figuras cuidadoras que le rodean son significativas, insustituibles y accesibles, o sea, en definitiva, que puede contar con ellas. Y así el niño puede ir creciendo de una manera segura y confiada. Pero todo esto, aún siendo vitalmente imprescindible, no es la finalidad última del desarrollo, sino que el proceso ha de facilitar iniciar el largo camino de llegar a ser sí mismo, y esto no sólo llegando a crecer en individuarse, es decir, creciendo en ser por y para él mismo (pensando, sintiendo y haciendo por y para él mismo), sino, por otra parte, llegando también él a poder proteger y cuidar a otros, incluso pudiendo formar su propia familia y tener sus propios hijos (si elige esta opción). Pero para crecer en individuarse es necesario que la familia sea una base segura para el niño y aún posteriormente, en tanto que no alcance independizarse suficientemente y pueda valerse por él mismo sin el respaldo permanente de figuras cuidadoras, lo cual ha de ir logrando paulatinamente.

El campamento base

Una base segura en lo psicológico es algo así como el campamento base para los alpinistas que quieren alcanzar la cima de una montaña. Un lugar en el que poder preparar todo para su objetivo. Y también un lugar desde el que poder preparar el terreno y hacer sus primeras tentativas, así como en el que poder protegerse si sus intentos de abordar la cima resultan infructuosos, tal vez porque el tiempo se les ha puesto en contra o por cualquier otro percance. Y una vez en él pueden recuperarse esperando un momento más oportuno para volver otra vez a su objetivo: alcanzar la cima. Desde luego, el campamento base les es totalmente indispensable. Sin él tendrían muy pocas posibilidades ya no de éxito, sino incluso de sobrevivir. De manera parecida, la familia es la base segura que ha de facilitar al niño la ardua ascensión para llegar a ser sí mismo, en lo que es decisiva la exploración del entorno, más allá de la salvaguarda de la propia familia. Obviamente, si los alpinistas permanecieran siempre en el campamento base, no alcanzarían nunca la cima.

Sin embargo, hay una diferencia importante entre el concepto de base segura en lo psicológico y el de campamento base en el alpinismo. Consiste en que los vínculos familiares no sólo ha de ser una base segura externamente sino que, si todo va funcionando bien, con el desarrollo esta base segura va siendo interiorizada en la psique, de manera que cuando el niño se aleja de la familia para explorar el mundo, es como si la llevase con él en su interior, para bien o para mal. Si todo ha ido marchando suficientemente bien en la familia, es decir, con una protección y cuidados saludables, el niño irá explorando el mundo con seguridad y confianza, creciendo progresivamente en llegar a ser sí mismo. Pero si las cosas han ido mal (y ha de tenerse en cuenta que psicológicamente muchas veces son "mejores" los malos cuidados, aferrándose a ellos, antes que no tener cuidados de ningún tipo, es decir, antes que ser ignorados como si no se existiese), puede que el niño no se atreva a explorar el mundo o que este mundo que tendría que explorar sea percibido, desde luego con frecuencia inconscientemente, como una replica de la propia familia y de los problemas vividos en ella, lo que le ha provocado heridas emocionales que aún busca que sean curadas. Al fin y al cabo, la familia es el primer "mundo" que el niño vive, frente al gran mundo real que tiene por delante en su desarrollo.

Problemas en la base segura

Desde luego, según sea la experiencia que tenga el niño de la familia en tanto que base segura psicológica, ello le afectará no sólo de pequeño cuando aún permanezca en la familia, sino cuando ya de mayor se independice, una independencia que muchas veces puede ser sólo real desde el punto de vista físico (por ejemplo, pasando a vivir a otro piso, ya sea sólo o en pareja), que desde el psicológico. A veces la persona puede ser funcionalmente independiente, pero en cambio no serlo desde el punto de vista emocional, sintiéndose insegura, ansiosa, insatisfecha, etc., por causas que aún tengan que ver con el hecho de no haber tenido una base segura familiar suficientemente saludable, con la que sentirse segura y confiada.
Obviamente, no todo lo que sentimos negativamente se explica por lo experimentado en la familia, pero hay muchas cosas que sí pueden serlo, unas más graves, otras menos. Por ejemplo, en el extremo, la dolencia etiquetada como agorafobia, con su miedo a salir la persona de casa sin compañía, a encontrarse sola en la calle, a estar en un sitio donde no conoce a nadie, a no poder escapar de una circunstancia que la inmoviliza (ya sea realmente o en la imaginación), con frecuencia tiene que ver con la más o menos falta de una base segura familiar. La persona puede ya vivir físicamente independiente de la familia, pero en su mente, inconscientemente, sigue aferrándose a ella, experimentando miedo a ser ella misma. Y por cierto, también los problemas con la base segura familiar pueden tener que ver con la posible adicción de los hijos a las sectas o a las drogas, las cuales con frecuencia son utilizadas como sustitutos de vínculos de apego insaludables o de la falta de ellos en la familia. Son como familias sustitutivas. Así que, en definitiva, una base segura familiar saludable es el mejor método preventivo.

Aún es tiempo de una base segura

La familia habita en el hogar y el hogar es como el nido desde el cual las crías aprenden a dar sus primeros pasos, para llegar finalmente a volar. Y desde luego, lo mejor es que la familia cumpla con su función de base segura de una manera suficientemente saludable (aunque no sea "perfecta"), para así llegar el niño a adulto sin dificultades importantes y poder volar hacia descubrir el mundo. Sin embargo, como para muchas personas esto puede no haber sido así, todavía hay tiempo de que el adulto pueda reconstruir su base segura interna (y, por descontado, también su base segura externa, a través de relaciones afectivas saludable con otros adultos), ya sea con los propios recursos personales de autoayuda, aunque con frecuencia siendo necesaria una ayuda externa que lo facilite. En este sentido, la psicoterapia puede entenderse como una base segura externa provisional desde la cual explorarse la persona a sí misma y facilitarse el desarrollo, lo que ya de por sí es muy individuador, es decir, facilitador de ser ella misma la persona. Pero además, durante el proceso terapéutico, mediante la relación con el terapeuta y con las técnicas profesionales que éste utiliza, la persona también va interiorizando una base segura saludable que va sustituyendo a la base familiar deficitaria o nociva, la cual en realidad era una base insegura. De esta manera, se va atreviendo a explorar de nuevo el mundo y va recuperando también su capacidad no sólo de ser cuidado positivamente, sino también de cuidar a otros, lo cual, si tiene hijos, repercutirá además en su función de madre o padre, convirtiéndose para ellos también en una buena base segura. Es decir, que se desarrolla en alcanzar una personalidad integradora, lo que, desde el punto de vista de la psicoterapia con Análisis Transaccional, implica desarrollar e integrar su yo cuidador, su yo individuador y su yo cuidado, es decir, los tipos de yo coloquialmente conocidos como Padre, Adulto y Niño.



TEXTOS ANTERIORS


  6. LA SOMBRA

  5. EN LA PAREJA: ¿RESIGNACIóN O ACEPTACIóN?

  4. LA FALACIA PRE / TRANS

  3. NUESTRAS RELACIONES COMO ESPEJOS

  2. ¿CAUSAMOS NUESTRAS ENFERMEDADES?

  1. EL EFECTO PIGMALIóN