EN APOYO DEL MODELO FUNCIONAL
DE SEGUNDO ORDEN


El texto que sigue es la reproducción en español del resumen e introducción de mi artículo "En apoyo del modelo funcional de segundo orden" (continuación de "Los estados del yo y las tres funciones básicas" ), publicado originalmente en inglés en el vol. 32, nº 3, de Julio de 2002, de la revista Transactional Analysis Journal - TAJ, editada por la International Transactional Analysis Association - ITAA. En dicho artículo consto como Jorge Oller-Vallejo. Después se ha publicado en español en la revista Análisis Transaccional y Psicología Humanista, nº 50, editada por la Asociación Española de Análisis Transaccional - AESPAT.


RESUMEN

En este artículo, basándose en los estudios sobre las necesidades de apego-separación-individuación, se justifican las subformas funcionales consideradas en el usual modelo funcional de los estados del yo, es decir, en el usual modelo funcional de segundo orden, que deriva del modelo primario de los estados del yo o modelo funcional de primer orden. También se justifica la subdivisión del Adulto de acuerdo con dichos estudios.

INTRODUCCIÓN

Tal como desarrollé en mi artículo "Los estados del yo y las tres funciones básicas" (Oller Vallejo, 2001a), tomar en cuenta los estudios sobre las necesidades de la apego-separación-individuación facilita la determinación y justificación de la existencia de tres funciones básicas necesarias para nuestro desarrollo personal. Estas son recibir cuidados (incluído buscar cuidados), dar cuidados e individuarse. Por consiguiente, desde un punto de vista funcional, considero justificado describir los tres tipos de estados de yo del modelo primario (Oller Vallejo, 1997) básicamente como el Padre Cuidador, el Adulto Individuador y el Niño Cuidado (ver Figura 1). Y dado que éste es el modelo funcional de primer orden, cualquier otro modelo funcional se ha de derivar por subdivisión de este modelo primario, siendo por tanto un modelo funcional de segundo orden (Woollams y Brown, 1978).

El modelo funcional clásico es el descrito por Dusay (1977), que distingue: Padre Nutritivo, Padre Crítico, Niño Adaptado, Niño Libre y Adulto, cada uno con aspectos positivos y negativos. A veces en otros modelos el Niño Adaptado se subdivide también en Niño Sumiso (al que podría llamarse también Niño Dócil o también Niño complaciente), Niño Rebelde y últimamente también en Niño Aislado (Oller Vallejo [en el original consta sólo Vallejo], 1986), al que actualmente vengo llamando también Niño Retraído (Oller Vallejo, 2001c). También he subdividido al Adulto en Adulto Reflexivo y Adulto Creativo (Oller Vallejo, 2001c). Sin embargo, de igual manera que en el modelo primario de los estados del yo, el principal problema que sigue aún sin resolver en el modelo funcional de segundo orden, es encontrar una sólida justificación en la que apoyar su descripción y uso, basada en un enfoque coherente sobre el desarrollo psicológico. Y éste, desde luego, ha de ser el mismo que para el modelo funcional de primer orden. Por consiguiente, como con el modelo primario de los estados del yo, también he encontrado útil tener en la cuenta los estudios sobre las necesidades de la apego-separación-individuación (Ainsworth, 1991; Bowlby, 1969; Guidano, 1991; Mahler, Pine y Bergman, 1975; Stern, 1985; y otros). Estos estudios dan también consistencia, por tanto, al modelo funcional de segúndo orden, lo que no podría ser de otra manera, puesto que se trata de una derivación conceptual del de primer orden.


El artículo está subdividido en:

  • Resumen (que es el texto reproducido).
  • Introducción (que es también el texto reproducido).
  • Las subformas funcionales de Niño.
  • Las subformas funcionales del Padre.
  • Las subformas funcionales del Adulto.
  • Consideraciones generales.
  • Conclusión.
  • Referencias bibliográficas.